MIEDO ENTRE LOS AGENTES A REPRESALIAS

Tres mossos denuncian que Asuntos Internos no investiga el 1-O porque aún mandan los separatistas

Josep Lluís Trapero
El actual Jefe de los Mossos, Ferran López, y su antecesor, el imputado Josep Lluís Trapero.

Tres agentes de los Mossos d´Esquadra han denunciado que la División de Asuntos Internos de la policía catalana no sólo no está cumpliendo con la investigación de la actuación de la cúpula y de decenas de mossos en el referéndum ilegal del 1-O, sino que sigue controlada por los golpistas y que existe «miedo a posibles represalias».

Más de 100 días después de la aplicación del artículo 155, y con el mando de los Mossos bajo el Ministerio del Interior, la denuncia que ha llegado a OKDIARIO incluye un pormenorizado relato de lo acontecido el 1-O. Y con los nombres de tres responsables (los de los denunciantes aportan sus datos y su TIP o Tarjeta de Identificación Policial que lógicamente omitiremos para proteger su anonimato) de lo que califican de «emboscada independentista» y «pantomima».

Los antidisturbios de los Mossos el 1-O (Foto:Twitter)
Los antidisturbios de los Mossos el 1-O (Foto:Twitter)

Mandos ‘a dedo’ y secesionistas

La carta comienza lamentando cómo «ciertos personajes, políticos y mandos policiales, nos utilizaron a sabiendas como un instrumento a favor de la ideología independentista». Tras dejar claro que aman su profesión, Cataluña y la institución del Cuerpo de Mossos d´Esquadra, explican los motivos que les llevan a denunciar lo que vivieron. «Hemos jurado la Constitución y hacer cumplir las leyes. Y el cuerpo de Mossos no son esos mandos que deben sus sillas a la causa secesionista, a la ‘dedocracia’ y al peloteo».

Precisamente para poner en conocimiento de lo que denominan «el cáncer» que existe en los Mossos, los tres agentes firmantes exponen que la situación de total desamparo se produjo desde los días anteriores al 1-O » con todo descaro y de forma premeditada». Ya en la víspera «se nos mandó a los colegios electorales a informar, nunca a cerrarlos, no se identificaba a nadie y la orden era marcharse y dejar que continuaran con sus actividades programadas». Cabe recordar que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) había ordenado cuatro días antes el cierre de colegios y locales de votación.

Ya en la jornada del referéndum ilegal, los denunciantes revelan cómo la consigna era no actuar, y que las pocas patrullas desplazadas a los colegios se enviaban «sin apoyos o refuerzos» pese a la «masa de gente» concentrada en muchos de ellos. «El día anterior se permitió que esas muchedumbres ocuparan esos espacios electorales sin ninguna dificultad».

Un comisario y dos subjefes

Los agentes ya sabían que en caso de problemas «estaban solos», «a sabiendas de que no se recibiría ningún apoyo de los ARRO», la unidad antidisturbios de los Mossos. Es en este punto cuando la denuncia cita a los máximos responsables, con mando en la Región Policial Central. Se trata del comisario Sergi Pla, el Intendente Josep Codina y el subinspector de los ARRO, Lluís Claraco. Pla y Carraco son conocidos por su independentismo radical, según fuentes policiales.

La Región Central abarca cinco comarcas del centro de Cataluña y capitales como Manresa, Vich, Solsona e Igualada. Los denunciantes cuentan cómo estos mandos tuvieron «dando palos de ciego» a los ARRO el 1-O, «acumulando kilómetros para evitar que pudiesen actuar». El subinspector de esta unidad especialista en seguridad y orden público «ordenó a sus dotaciones que ni se acercasen por los colegios», que eran «órdenes de Trapero, no escritas y que nunca debían transmitirse por canales oficiales por temor a que fuesen grabados».

Unidades antidisturbios de los ARRO en Barcelona
Unidades antidisturbios de los ARRO en Barcelona (Foto:Twitter)

Según este relato pormenorizado, el responsable de los ARRO cambia la forma de actuar a las 11 del mediodía, ordena que se reagrupen todas las furgonetas de los antidisturbios antes dispersadas ineficazmente por la región, y que se concentren en la comisaría de Manresa». La explicación que se les da es la siguiente: «Que había noticias de enfrentamientos de Policía Nacional y Guardia Civil con asistentes a colegios». La orden de la cúpula policial es entonces acudir «en bloque y con 2 ó 3 furgones a la vez».

Los agentes narran la sorpresa inicial de muchos mossos de patrulla y de  antidisturbios, pero también cómo «empezamos a entender todo con el paso de las horas». Aseguran que como Policía y Guardia Civil «sí estaban cumpliendo el mandato judicial y retirando urnas, la cúpula de Mossos corría el riesgo de quedar en evidencia por su pasividad». Esos ARRO sí llegaron a los colegios, «con el subinspector Claraco en compañía de la delegada de la Generalitat en la zona». Se refieren a Laura Vilagrá, que sería cesada un mes después por el Gobierno gracias el 155.

No había insultos porque «responsables de mesas, gente de ANC, Ómnium Cultural y algún alcalde o concejal mandaban callar». Primero «entraban y, al cabo de un buen rato, entonces sí, se ordenaba entrar a los ARRO. Lo hacían «entre aplausos y vítores» y «entonces aparecían las urnas», señalan.  Y revelan cómo «mandos de paisano y con coches no logotipados llegaban con antelación » para preparar todo. Afirman que eran «jefes de Tráfico e Investigación» y que «grababan la llegada de los antidisturbios y su subinspector».

Los ARRO también votaban

El subinspector Claraco, a tenor de la denuncia, no se limitó a preparar y supervisar la singular actuación de los ARRO, sino que según los denunciantes «daba permiso a los agentes independentistas que quisieran votar para que se pusiesen discretamente la chaqueta de calle y votaran».

La carta continúa relatando cómo, días después, los tres mandos citados «presumían de haber actuado con eficacia, y de haber «confiscado urnas, vacías o diferentes a las utilizadas el 1-O». Pla, Codina y Claraco, indican estos tres agentes «felicitaron personalmente a sus subordinados por tener el valor de enfrentarse a las fuerzas de ocupación», como aseguran denominaban a las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional y a los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil.

Finalmente, explican que cuando entró en acción la Fiscalía del Estado, «la cúpula de Mossos los convocó a todos para «cambiar y preparar una versión conjunta. Esa reunión para no caer en contradicciones ante la investigación judicial la llevó a cabo la División de Asuntos Internos.

«Fueron enviados a la DAI, con la que tienen una estrecha relación gran cantidad de mandos». Los agentes explican por último cómo esa división que tendría que depurar responsabilidades sigue bajo control de los golpistas y el por qué de su denuncia anónima : «Dudamos  seriamente de su neutralidad e imparcialidad y tememos represalias». Y piden «a la autoridad oportuna que decida si esos mandos deben seguir ejerciendo o so apartados e inhabilitados».

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